No lo creía. Pero sabía que era la única manera de mantener la cohesión social. La única forma de que los suyos se repartieran las tierras equitativamente con el visto bueno Real, y de que el estamento religioso no pusiera el grito en el cielo (nunca mejor dicho) con la moralidad. A fin de cuentas, ellos también se llevaban un buen pedazo. Y el pueblo... Bueno, al pueblo siempre le había ido bien el palo. Así que como Chambelán lo confirmó a viva voz:
-El poder del Rey reside en la gracia de Dios.
3 comentarios:
Para gracia la que le hizo al pueblo
Bueno, como se intenta explicar, los grupos cercanos al poder siempre piensan que al pueblo le gusta el palo. Por otra parte, temo que las cosas no han variado excesivamente. Sino mira la pasión por la monarquía en muchos países (incluida España), o la veneración occidental por esa oligarquía de partidos y lobbies a la que llamamos democracia.
Saludos y gracias por tu comentario.
cuando has dicho palo, se me ha venido a la cabeza más que palo...pan y circo.
en fin,
saludines...
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