Como hemos podido ver con las entradas anteriores, las expresiones del poder no son siempre idénticas y las relaciones humanas que lo generan cambiantes. Ahora bien, existe un test infalible para saber donde reside el poder en cada época, consiste en hacerse las siguientes preguntas:
¿Quién puede actuar con impunidad? ¿A quién se le permiten actuaciones que a los demás, pobres mortales, nos acarrearían la cárcel o la horca?
Veamos ejemplos:
1) Nerón: se le dejó hacer todo tipo de fechorías (incendios, asesinatos, matricidio...). Sólo cuando decidió no atajar eficientemente las rebeliones de las provincias, que suponían la riqueza agraria de Roma, el Senado lo defenestró.
2) Stalin: hizo y desizo a su gusto con sus conocidas purgas. Murió de muerte natural. Como consiguió colocar a la URSS a la cabeza de las potencias mundiales, se le criticó mucho después de su muerte pero se olvidó pronto. Putin aún se acuerda de él.
3) Alan Greenspan: el gran artífice de la década prodigiosa de Bill Clinton desde la Reserva Federal. Desgraciadamente, se le fue la mano con el precio del dinero y a las entidades bancarias les falto tiempo para contratar créditos de riesgo. Ahora nosotros sufrimos las consecuencias pero Greenspan no pagará como aquellos economistas que mandan a pique sus entidades financieras. ¿Por qué si el error fue más gordo y nos afecta a todos?
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