domingo, 27 de abril de 2008

EL ESCRITOR COMPROMETIDO

El escritor políticamente comprometido se sienta ante su mesa de trabajo en su hermosa casa decorada con delicado gusto burgués. Va a continuar con su novela comprometida. Espera que algún día su texto sea fundamental para llegar a la democracia total, para conseguir que entre todos elijamos el sistema económico que queremos. Evidentemente, en el texto del escritor políticamente comprometido no figura ninguna historia de patricios romanos, dueños de vastas extensiones de terreno, que unen sus fuerzas para implantar un régimen imperial en la República Romana y después se reparten el nuevo pastel tras las Guerras Púnicas: el Mediterráneo. No, no se trata de una novela histórica. Por eso tampoco cuenta la historia de uno de los clanes árabes más influyentes, enriquecido con el comercio y las caravanas e interesado en intrigar por el poder contra el clan de Mohamed y el de Alí, por lo que acusan de herejes a ambas facciones. Y obviamente, pese al delicado estilo que decora su casa, no va a tratar de familias burguesas francesas luchando por la libertad frente a la esclavitud económica a que los sometían los aristócratas del Ancien régime. Ni de fanáticos fascistas que critican duramente el sistema capitalista justo después del crack de 1929. Pero en su delicado argumento de delicados personajes políticamente comprometidos, al escritor también comprometido se le escapa que suele ser el sistema económico (y con él el poder) quien elige el sistema político que más le interesa y no al revés.

jueves, 17 de abril de 2008

PTOLOMEO

Influido por las perspectivas de mi álter ego, cgamez, sobre la teoría del Big Bang (http://laansiedaddelascucarachas.blogspot.com/), refrescaré las memorias de aquellos internautas interesados en cosmología, recordando las teorías ptolemacias y sus rivales científicas.

Ptolomeo vivió entre los siglos I y II dC en el Egipto romano.

TRADICIÓN
Su concepción del universo es una síntesis de la astronomía que le precedió: recopilación de datos y modelos predictivos de la astronomía babilónica; el modelo geométrico con la tierra fija y los astros moviéndose en esferas de Eudoxo de Cnidos; la idea de las ocho esferas concéntricas y de la explicación del movimiento de los planetas a partir de la combinación de movimientos circulares uniformes de Platón; las órbitas excéntricas y la teoría de epiciclos de Apolonio de Perga; la precesión de los equinoccios de Hiparco de Nicea.

EMPIRISMO
Su método, sin embargo, era claramente empírico. Recopiló una gran cantidad de datos sobre la observación de los movimientos de los planetas y construyó a posteriori un modelo geométrico que fuese corroborado por las mediciones del pasado y permitiese predecir las posiciones de los astros en el futuro, los eclipses y demás movimientos astronómicos. No pretendía describir la realidad (no era un realista desde la perspectiva filosófica). Su modelo era un método de cálculo. Dejaba la concepción de la realidad a los filósofos.

GEOCENTRISMO
El modelo del Universo de Ptolomeo, que se encuentra debidamente descrito en su obra más conocida, el Almagesto (curiosamente, el único tratado de astronomía de la Antigüedad conservado hasta nuestros días), es geocéntrico. Es decir, la Tierra permanece inmóvil en el centro y a su alredor giran los elementos celestes por este orden: 1. Luna; 2. Mercurio; 3. Venus; 4. Sol; 5. Marte; 6. Júpiter; 7. Saturno; 8. Esfera de las estrellas fijas.


Las estrellas se encontraban fijas en la bóveda celeste, que según Ptolomeo se movía como una esfera. La Tierra también era una esfera, que se encontraba a tanta distancia de las estrellas fijas que podía ser tratada como un punto matemático sin dimensiones.

El texto de Ptolomeo fue el manual de astronomía que más influyó a los astrónomos de la antigüedad, hasta la irrupción de Escuela de Maragha en el siglo XIII, y posteriormente el Renacimiento.

HELIOCENTRISMO
El modelo heliocéntrico, con el Sol en el centro del universo y la Tierra rotando alrededor de su eje y moviéndose en torno al Sol, fue coetáneo al geocéntrico. Fue postulado por Aristarco de Samos en el siglo III aC, que llegó a imaginar la lejanía de las estrellas respecto a la tierra. Su discípulo, Seleuco de Seleucia, demostró el modelo a partir del movimiento de las mareas y la predicción de las posiciones de los planetas. Las críticas al modelo heliocéntrico se basaron en tres puntos:

1) creencias filosóficas: las teorías aristotélicas de los 4 elementos con la Tierra en el centro
2) sentido común: los antiguos creían que nada podía moverse sobre la superficie de la Tierra si esta daba una vuelta cada 24 horas
3) observación: la falta de paralaje al observar las estrellas en diferentes épocas del año, la desigual duración de las estaciones y falta de predicción de movimientos (las estrellas no podían estar tan lejos como Aristarco postulaba)

La revolución científica producida por la Escuela de Maragheh, en los siglos XIII y XIV, volvió a postular el heliocentrismo, alejándose del aristotelismo y basándose sólo en la obtención de datos empíricos y la utilización de modelos matemáticos. Demostraron empíricamente el movimiento de rotación de la Tierra (Tusi y al-Qushji) y el astrónomo Ibn al-Shatir elaboró un modelo cercano al que años después presentaría Copérnico, que conocía algunas de estas investigaciones.

CONCLUSIÓN
¿Es seguro que nuestros postulados actuales sean totalmente correctos? ¿Puede un modelo del universo ser correcto eternamente?

sábado, 5 de abril de 2008

MANTRA O LA SECUENCIACIÓN INVERSA



Como si de un cuento se tratara. A cámara rápida, en un virtuoso REWIND inverso. Se explica la historia de Ciudad de México, antes Tenochtitlan. En la magnífica novela de Rodrigo Fresán, Mantra (entrada D. F. (Historia), páginas 236 a 242).